Justo Rodríguez Arribas, natural de Málaga,
vecino de La Palmilla ,
fue denunciado por EMASA por tener el agua enganchada en su casa. Ya estaba “enganchada”
cuando alquiló su domicilio. Llegamos a un acuerdo con EMASA, junto con el
concejal Jiménez y el Consejero delegado, para pagar 10 euros al mes más el
consumo corriente que paga al haber instalado su contador.
Con respecto a la multa de 360 euros, se pidió
el indulto al gobierno, que ha sido denegado. Al no poder pagar la multa, han
decretado su ingreso en prisión durante 15 días, a pesar de las promesas de las
autoridades públicas de que Justo no entraría en prisión por procurar agua para
sus 7 hijos y los nietos que vienen a comer con frecuencia. Justo está al día
de pago tanto de la deuda como del corriente.
Al menos dos vecinos de La Palmilla han ingresado ya
en prisión y varias decenas están pendientes de ejecutar su sentencia. Por
ello, entendemos que la Guerra
del Agua no ha terminado, porque no han cumplido sus compromisos, siguen
criminalizando y persiguiendo la pobreza.
Justo debería entrar el jueves en la prisión de
Alharín de la Torre
pero es una injusticia que el barrio no piensa tolerar. Los nuevos concejales
necesitarían sufrir la necesidad que causa la pobreza para comprender que
ejercer un derecho fundamental nunca puede ser un delito.
Convocamos una Rueda de Prensa el Lunes a las 13:00 en la plaza 26 de febrero, frente a Er Banco Güeno.
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