En primer lugar, queremos
agradecer a los militantes, colectivos y periodistas por su asistencia al
juicio contra los tres activistas de la Buenaventura en el que se pedían nueve
meses de cárcel para cada uno, además de una fuerte multa económica, por un supuesto
delito de desobediencia a la autoridad.
Lamentamos profundamente la
prohibición de asistencia a los medios de comunicación a la vista, puesto que
tal y como prevé la Ley, se trata de un acto público, siendo sólo posible la
censura a los medios por motivos de seguridad. La autoridad ha ordenado
desalojar la sala al descubrir "una libreta" y asegurar que había
móviles encendidos. Si bien es cierto que había una peligrosa libreta, todos
los móviles estaban apagados, motivo por el cual condenamos la censura a los
medios y procedemos a narrar todo lo acontecido en la sala.
Como cuestión previa, el abogado defensor, Roberto Limón, ha alegado la existencia de denuncias por parte de las familias que fueron desalojadas violentamente cuando aguardaban la llegada de la policia en el exterior del edificio. Dichas denuncias fueron acumuladas al proceso principal, sin que hayan sido archivadas, motivo por el cual pueden dar lugar a sentencias contradictorias. El letrado aportó los partes de lesiones y pidió la declaración de los denunciantes, sin que se permitiera dicha declaración.
Los imputados han respondido a
las preguntas del fiscal negando haber desobedecido voluntariamente ninguna
orden. Han narrado como la policia intervino violentamente en el inmueble,
golpeando injustificadamente a las familias que aguardan fuera sin oponer
ningun tipo de resistencia.
Los denunciados, que aguardaban
en la azotea la ejecución del lanzamiento, se asustaron por la violencia con la
que la policia entró en el edificio, motivo por el cual se encaramaron al
tejado del edificio por miedo a ser agredidos.
Fue entonces cuando comenzó a
llover, motivo por el cual los imputados pidieron la intervención de los
bomberos, para poder bajar de forma
segura. Los activistas han alegado el
miedo derivado de la actuación policial como eximente, puesto que ningún civil
está obligado a cumplir una orden poniendo en peligro su integridad física.
El Ministerio Fiscal se ha
reiterado en su califiación penal, solicitando nueve meses de prisión para cada
imputado, mientras que la defensa ha pedido la libre absolución.
En su turno de última palabra,
Fali ha puesto de manifiesto que el juicio no le parecía justo puesto que los
testigos de la defensa fueron denegados y tan sólo se permitió la declaración
de los jefes del dispositivo, sin permitir el testimonio de los agentes ni de
los bomberos intervinientes.
Por su parte, Henrry,manifestó
que si continua la crueldad con la que se comportan las autoridades,
desahuciando a familias, incluso con con bebés, esta crueldad puede generar
odio y la legítima la autodefensa de las familias.
José Cosín ha recalcalcado en su
última palabra que no se arrepiente de los hechos, y que llegado el caso, lo
repetiría mil veces. Al no exisitir arrepentimiento, puesto que el Derecho a
una vida digna es un bien jurídico más importante que la obediencia a una orden
ilegítima, no pedirá la suspensión de la pena que le impongan, por injusta que
sea.
Queremos solidarizarnos
expresamente con los periodistas expulsados sin justificación alguna de la
sala, y defendemos la Libertad de expresión como uno de los pilares
fundamentales del Estado de Derecho.
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